viernes, 26 de abril de 2013

Paremos el castigo físico

Desde que inicié este blog, cada mes de abril, recuerdo que se celebra el mes de la prevención contra el abuso infantil.

Casi se termina el mes y no había escrito sobre este tema.

Pero qué bueno que no lo había hecho, porque ayer tuve la oportunidad de asistir a la charla "Las trampas del castigo físico" organizada por el Centro para el Desarrollo y la Interacción Constructiva (Cedic), de las Licdas. Rafaela Burgos y Valerie Ega Burgos.

Hace aproximadamente diez u once años que tuve la dicha de conocer a Rafaela Burgos, cuando trabajé con el tema de la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes, y desde ese momento cada vez que escucho a Rafaela hablar sobre el abuso infantil, siempre aprendo.  

Quiero compatir una información que distribuyeron ayer sobre el castigo físico, sí, las famosas pelas, pellizcos, nalgadas, tan arraigadas en nuestra cultura, que consideramos que el padre o madre que no le da una "pela" a su hijo o hija, no está criando bien.  Qué equivocados estamos!!!

Aquí va:  (Toda esta información fue tomada del Cedic).

¿Cuáles métodos de disciplina utilizamos?

En muchas de nuestras familias aún se practica el castigo físico a los niños (pelas, nalgadas, pellizcos, empujones, arrodillar al niño, encerrarlo, amarrarlo), entre otras, con propósitos educativos.

¿Por qué golpeamos a los niños y niñas?

Porque:
* Así fuimos corregidos por nuestros padres y aprendimos que es un sistema válido para disciplinar.
* Desconocemos estrategias más efectivas.
* Nos frustramos cuando no logramos que los niños obedezcan y perdemos el control.
* Descargamos otras presiones de la vida cotidiana, a través de la corrección agresiva de nuestros hijos e hijas.

¿Por qué no es conveniente pegar a los niños y niñas?

Porque 
* Es una forma de abuso (es aplicado por una persona que tiene más edad, fuerza, poder y autoridad); el niño no puede defenderse.
* Provoca daños físicos y psicológicos, que pueden durar toda la vida: baja estima, temor a la autoridad, depresión, agresividad, inseguridad, ideas suicidas, entre otras.
* No mejora la conducta que nos preocupa, sólo la detiene por el momento y luego provoca otras conductas más negativas.
* Daña el clima familiar.
* Enseña a los niños a enfrentar los conflictos con violencia.
* Hace a los niños más vulnerables a otros tipos de abuso, como el sexual y la explotación por otros adultos.
* No conduce a la meta que tienen los padres: educar para la responsabilidad y el éxito en la vida adulta.

Y finalizo con una frase también de Rafaela Burgos:  "Si lastima, no es disciplina."
 
La foto que utilizo en este post, la tomé de una página web de Save the Children, que tiene una campaña mundial para terminar con el castigo físico.

jueves, 25 de abril de 2013

El tedioso proceso para fijar pensión alimentaria

Ayer mientras participaba en el programa de radio "Sólo para Mujeres", llamó una oyenta para contar su experiencia en un proceso de manutención o pensión alimentaria en un Juzgado de Paz.  Casi se me cortaba la respiración cuando la escuchaba, porque relataba el tedioso proceso que se debe llevar a cabo en los Juzgados de Paz para que fijen una pensión alimentaria, y ella quería saber si había alguna forma de que se resolviera su caso más rápido.  Aquí les resumo lo que dijo:

1.  Tenia una hija o hijo de 14 años de edad.
2.  El padre nunca ha aportado nada.
3.  Fue al Juzgado de Paz para iniciar el proceso.
4. Mandó a citar al señor con un Alguacil el cual le cobra mínimo 500 pesos.
5. Lo tuvo que citar dos veces porque el señor no compareció.
6. Ella dijo que trabajaba y que su jefe no iba a entender que debía faltar varias veces.  Abandonó el caso.

Lamentablemente esa es la realidad que se vive en los Juzgados de Paz. Y la mayoría de las afectadas son las mujeres.

El sistema judicial no es nada amigable para estos casos.

Los empleadores deberían ser sensibles a estos casos y apoyar a las empleadas/os que por alguna u otra razón tienen que pasar por este proceso.

Hay que buscar la fórmula que los procedimientos se agilicen y los costos se abaraten.

Es importante recordar que la presencia o asistencia de abogado/a en estos casos no es obligatoria.

Una mujer que esté pidiendo una pensión de dos mil o cinco mil pesos (como son la mayoría de los casos, por lo menos según he visto en mi experiencia), no puede darse el lujo de tener  que ir constantemente a un Juzgado de Paz a pedir cita, a que se la reenvíen, a seguir gastando en transporte, a pagar a un alguacil.  El dinero que vaya a recibir para sus hijos, lo va a tener que gastar en esos trámites.

El que una mujer desista (por estas u otras razones) de un proceso judicial de pensión alimentaria para sus hijos, no ayuda a promover la paternidad responsable en este país.

Recuerdo que he tratado estos temas anteriormente en estos posts: aquí, aquí y aquí.

Ojalá las autoridades judiciales hagan algo al respecto.