viernes, 20 de noviembre de 2009

20 Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño


Hoy se celebra el 20 aniversario de la Convención de los Derechos del Niño. Los aniversarios números 20 siempre son destacados y en esta ocasión no debe ser para menos.

La Convención de los Derechos del Niño marca un antes y un después del reconocimiento del niño y la niña como persona en desarrollo, a quienes debe garantizárseles todos los derechos reconocidos a las personas adultas y el deber del Estado, la familia y la sociedad de proteger y garantizar esos derechos.

Nuestro país ratificó la Convención de los Derechos del Niño en 1991 y desde ese momento hasta la fecha se han llevado a cabo modificaciones legislativas, judiciales y administrativas.

Sin embargo el cambio más importante, y que es más difícil aún, es el cambio de actitud, de respeto, el cambio cultural, en el sentido de que tenemos arraigada la idea de que los niños y las niñas son un objeto y que no tienen ni voz ni voto en ninguna decisión, aunque los afecte directamente.

Ayer me paré en un colmado a comprar un refresco. En el colmado había un niño con una botella de refresco en la mano, lo veía como pagando y hablando con la persona que cobraba y de repente ví que la persona le dió un manotazo. El niño se puso triste, medio llorando, con la "bembita afuera" (como decimos aquí). Yo le dije "oye, pero por qué le dan a ese niño, dile que no le den". Pero el muchacho que me estaba atendiendo dijo: "ese es su papá". Yo le dije: "eso no importa, no tiene que darle".

Fíjense como existe la percepción de que por ser el papá de ese niño tiene derecho a corregirlo como le parezca, simplemente por su posición de poder o autoridad frente al niño. Se parece al tema de que "entre marido y mujer no se debe meter" para justificar la violencia contra la mujer. Es como si estuviéramos diciendo: "entre padres e hijos/as nadie se puede meter".

Es lo mismo que cuando las personas son detenidas por la policía y se quejan de golpes y abusos, sería como decir que porque la policía está en un nivel de autoridad por encima de esa persona, los golpes y los abusos son válidos.

No es así. El abuso es el mismo. Lo que cambian son las víctimas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Divorcio por mutuo consentimiento y la guarda compartida


En la mañana de hoy sale publicada una pregunta en el espacio Pregunta Libre de Diario Libre, donde el lector plantea lo siguiente: firmó un acuerdo de divorcio con su entonces esposa acordando que tendrían la guarda compartida de sus hijos y al someterlo al tribunal la jueza desconoció ese aspecto y otorgó la guarda de los hijos a la madre. El lector se pregunta si la jueza podía desconocer el aspecto relacionado con la guarda compartida y si ese hecho no era una violación a sus derechos como ciudadanos y como padres.

La ley 136-03 en su artículo 82 dispone que la guarda "es la situación de carácter físico o moral en que se encuentra un niño, niña o adolescente bajo la responsabilidad de uno de sus padres, ascendientes o una tercera persona (...)". La guarda corresponde a uno de los padres no a los dos. La guarda compartida no está contemplada en nuestra legislación, por lo tanto no existe legalmente hablando.

El artículo 83 de la misma ley dispone que "La guarda es una institución jurídica de orden público (...) y tal como lo establece el artículo 6 del Código Civil: "Las leyes que interesan al orden público y a las buenas costumbres no pueden ser derogadas por convenciones particulares".

Nadie puede ponerse por encima de la ley. Aunque parezca sin trascendencia, sin mayor importancia que una pareja haya pactado una guarda compartida, no lo podemos ver tan a la ligera.

De la guarda se despendren diferentes aspectos legales que pueden afectar en algún momento las relaciones de los padres y de los propios hijos e hijas.

Por ejemplo, la ley 136-03 dispone que el domicilio del niño, niña o adolescente es el de la persona que tenga la guarda. Del domicilio dependerá también la competencia de los tribunales en caso de una disputa entre los progenitores.

La ley 1306-bis sobre divorcio es muda referente al poder de los jueces de revisar acuerdos de divorcio.

Pero en principio y hasta quizás un análisis más profundo sobre este tema y opinando sin leer la sentencia aludida (habría que ver los considerandos y atendidos en que se basa esa decisión) entiendo que fue correcta la decisión de la jueza de negar la guarda compartida y otorgarla a uno de los padres porque es así como la ley dispone sobre la guarda y me remito de nuevo al artículo 6 del Código Civil antes señalado.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Michelle Bachelet. Humana.


No acostumbro a escribir de temas relacionados con la política, lo que no quiere decir que no me llame la atención, pero como ciudadana preocupada por el destino de nuestro país me gusta comentar cosas que me llaman la atención de la política y escribir desde mi perspectiva como ciudadana.

Hoy quiero comentar sobre la entrevista realizada a la Presidenta de Chile Michelle Bachelet publicada hoy domingo en el periódico El Pais, resaltando algunas de sus respuestas que me llaman la atención (favorablemente) y me llenan de esperanzas porque si Chile ha logrado ese nivel de civilismo (si pudiera llamársele así), de respeto, de compromiso ciudadano por un mejor país ¿por qué no puede pasar lo mismo en nuestro país?

Lo cierto es que se necesita un compromiso ciudadano que desee un mejor país y un compromiso de los políticos y políticas de nuestro país para que mejoremos como nación, en todos los sentidos de la palabra.

La Presidenta Bachelet termina su mandato en marzo del próximo año. Las elecciones se celebrarán en diciembre y la Constitución chilena no le permite la reelección inmediata.

(Resalto en negritas las partes que me interesa destacar y que me motivaron este post).

"Creo que en la vida como en la política hay que ser ética y estética. Jamás cambiaría yo una situación para beneficio personal. Si yo alguna vez hubiera pensado que hay que hacer un cambio a la Constitución, habría mandado un proyecto de ley que hubiera entrado en vigor desde el próximo gobierno en adelante, no para el propio. Creo de verdad que no es una buena política que las personas arreglen las legislaciones, el mundo político, la autoridad a su tamaño. Los cambios en las leyes, en las instituciones tienen que ser para mejorar la situación del país, no las situaciones personales. Eso no me interesa, y no estoy de acuerdo."

Ante la pregunta sobre si tras vivir cuatro años la pompa del poder, ¿puede entender esa desesperación de algunos por no abandonarlo?

La Presidenta Bachelet responde:

"No soy un buen ejemplo para contestar eso. Lo único que quiero hacer en los meses que me quedan es cumplir los compromisos con la gente, porque a eso vine. Ahora... algunos dicen que el poder es sexy. Pero a mí no se me ha generado esa droga. El boato no me impresiona, ni los fuegos artificiales. Lo que sí he visto es que tiene que ver en algunos casos con la ambición personal, que puede ser ambición de fama. También he visto que hay en esto algo vinculado al género. No sé si es un tema de la naturaleza, o si es cultural, antropológico o biológico, o está relacionado con el momento de la historia en el que estamos. Pero he visto habitualmente en el trabajo (aunque, debo de insistir, hay de todo) que en general las mujeres se relacionan con el poder más desde la óptica del servicio a los demás."

P. ...Mientras que el hombre...

"No quiero caricaturizar..., pero... parece ser que en el caso del hombre se ofrece una suerte de atracción fatal más potente por el poder. Le pasa una cosa distinta (aunque insisto en que hablo en términos generales, y hay excepciones). Se le produce una atracción por el poder que vive de manera diferente de una mujer. No estoy hablando de presidentes de la república. Lo he visto en jefaturas diversas, ministerios, muchos sitios: hay gente espléndida, encantadora, que cuando llegan a un cierto cargo se transforman en pequeños dictadores. Algo les pasa con las alturas. Llegan y se marean. No es que no pase con las mujeres, pero mi pregunta es si las mujeres no han tenido todavía suficiente exposición al poder para mostrar estas características, si a lo mejor es sólo un problema de tiempo, os es que hay algo más ontológico."

Esto me lleva a pensar muchas cosas, pero dos en particular quiero destacar. Primero, el egoísmo humano (que todos y todas en algún momento padecemos) y cómo los políticos y políticas prefieren en muchos casos satisfacerse personalmente o a sus propios partidos sin pensar en el resto de la población. Y en segundo lugar algo que siempre mi papá nos recordaba a mi hermano y a mi: el poder es como la sombra que pasa.