Hace unos días, me puse a hacer un inventario de las cosas que me enseñó mi papá con sus palabras y sobre todo con su ejemplo:
Educación de hogar.
Honestidad.
Respeto hacia todas las personas.
La importancia de mantener unida la familia, no importa qué.
Aprendí que los retos se enfrentan.
Aprendí a tomarle amor a la lectura, a leer un periódico todos los días.
A compartir cualquier tema en familia y respetar cualquier opinión diferente a la mía.
Aprendí a amar el Derecho, a hacer los actos, demandas, bien hechas.
Aprendí que a las mujeres no se les maltrata: “la mujer no se toca ni con el pétalo de una rosa”. Decía él, siempre.
Aprendí a ejercer mi derecho al voto. La primera vez que voté él estaba ahí en Santiago. Lo recuerdo como ahora.
Aprendí a ser responsable y disciplinada con mi trabajo.
Aprendí a tomarle amor a la escritura, a escribir. Decía que yo escribía muy bien.
Aprendí a conocer a Dios, a leer esas lecturas que hacía diariamente con mi mamá.
Aprendí a ser austera, a no abusar de los demás, a ser compasiva, a ser atenta con los demás.
Aprendí que el poder es como la sombra que pasa.
Aprendí a no guardar rencor ni resentimiento a nadie.
Gracias papá por haber sembrado en mí tantos valores importantes. Espero transmitirlo a mis hijas, no sólo con la palabra sino también con mi actuación, como tú lo hiciste conmigo. Te quiero mucho.
Dilia, querida. Lamento mucho el dolor que hoy le embarga, la pérdida de tu padre es irreparable para ti, Orlando y toda la familia, pero tal y como le expresé a tu hermano en su blog, morir en cristo es nacer a la vida que El nos ha prometido.
ResponderEliminarTu padre está descansando en el regazo de nuestro señor y reunido en la tierra prometida con los seres amados que partieron antes que él.
Te admiro y te quiero mucho, a pesar de esta manera virtual de conocernos.
Te mando un fuerte abrazo y mis sinceras condolencias.
Angela Guichardo