jueves, 23 de julio de 2009

El derecho de familia y la psicología


En el tiempo que he estado ejerciendo el derecho de familia: divorcios, guardas, visitas, manutenciones, suspensión de autoridad parental, entre otros, hay un común denominador entre todos esos casos: están cargados de emociones y sentimientos, que si no están resueltos remueven el piso al más "sano".

Definitivamente que son casos difíciles. Solamente de imaginar que puedes perder la guarda de tus hijos o que te están impidiendo verlos, aunque sepas que tienes la razón, de un lado tienes a la persona que entiende y asegura que no tienes razón y por otro lado la decisión (si no se llega a un acuerdo) está en manos de un juez o una jueza que dependiendo de cómo se presente el caso tomará una decisión a tu favor o en tu contra. No es una situación cómoda para nadie. Y lo peor de todo es que los niños y las niñas envueltas en los casos son los que cargan con las consecuencias si el proceso no es llevado por las partes con frialdad, no dejándose molestar por las acciones de la parte contraria. Nada fácil en realidad.

Entonces trato de ser lo más clara posible con mis clientes y les advierto lo siguiente. Primero que como todo caso legal solamente sabemos cuándo se comienza, pero no podemos garantizar cuándo se terminará. Que toda acción, conlleva una reacción. Que de una demanda pueden surgir más demandas y contra-demandas. Que son procesos que desgastan emocionalmente y por eso recomiendo a mis clientes que lleven, a parte del proceso legal, un apoyo para la parte emocional con psicólogos.

Ha pasado por ejemplo que en un caso de pensión alimentaria para los niños/as, mi cliente comienza a hablar sobre heridas pasadas, lo que hiciste, lo que no hiciste, lo que pudiste hacer y no hiciste, y en fin, salen a relucir tantas heridas y dolores (reales) pero desvían la atención del objeto de la demanda y se puede llegar a perder el caso.

Por eso entiendo que es muy importante en los casos de familia, la asistencia de un/a psicólogo/a que apoye a los/as clientes de forma tal que la persona pueda mantener una estabilidad emocional que le permita enfrentar un proceso de esta naturaleza y pueda también de esa manera ayudar a que afecte lo menos posible a sus hijos/as.

2 comentarios:

  1. Muy interesante esta recomendación. Cuál es el perfil del profesional o la profesional de la sicología que se deba buscar en estos casos?

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  2. Bueno,contestando tu pregunta entiendo que preferiblemente debe ser un psicólogo especialista en terapia familiar. Esa ha sido la experiencia que he tenido y que ha funcionado en los casos que he manejado.

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